Este año, este acto piadoso de fe, tendrá una connotación particular, pues su celebración estará enmarcada dentro del año Jubilar de la Misericordia, promulgado por su santidad el Papa Francisco, y que se inició el pasado 8 de diciembre hasta el día 21 de noviembre del presente año, festividad de Cristo Rey.
De este modo, se rezarán las estaciones del “Via-Crucis de la Misericordia”, editado para este año jubilar y que recoge reflexiones del Papa Francisco sobre la misericordia, como muestra permanente del amor de Dios hacia la humanidad, y como una invitación a ser cada uno de nosotros misericordiosos y compasivos con los demás. 
Motivados por este hecho, la Junta de Gobierno ha dispuesto que para esta ocasión el Señor de la Vera-Cruz sea portado en las antiguas andas del s. XVIII que la Hermandad posee para presidir el Via-Crucis, al igual que hiciera en el traslado que nuestro venerado Titular realizó hasta el cementerio de Gerena, en el año 2009.
De este modo, el Via-Crucis del Señor que estará acompañado por una capilla musical, transitará por el recorrido de costumbre, dedicando sendas estaciones en las demás Hermandades y cofradías del pueblo, visitando la Capilla de Ntra. Sra. de la Soledad y la Iglesia Parroquial, aunque en esta ocasión, nuestro venerado Titular no entrará en el interior de estos templos.

ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO PARA EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA

Señor Jesucristo,
Tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.

Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios!

Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.

Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.

Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos.
Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén.